Llevo muchos años aprendiendo y enseñando cosas a distancia. Precisamente, sin esa opción, me habría sido imposible aprender todo lo que se ha puesto a mi alcance.
Mi dedicación al trabajo y familia, me hacía bastante difícil tener que desplazarme a un centro de enseñanza presencial. Aunque podría decir que soy un enamorado de la formación a distancia, me encanta también la formación presencial, llevo años realizándola, me encanta la interacción con las personas. Pero creo que para quien ha realizado una buena cantidad de formaciones a distancia y es consciente del aprovechamiento ha que obtenido, le resulta un reto importante procurar que la formación que dirija a otros sea de la mejor calidad posible.
Os voy a transcribir un artículo escrito por Bobby Newman, es psicólogo y especialista en análisis del comportamiento. Además de practicante de lucha libre y Muay Thai, realizó este estudio para la Asociación Internacional de Análisis del Comportamiento (ABAI). Fue publicado en la prestigiosa revista "Black Belt", el nº 41 de septiembre del 2003.
"En los últimos años ha habido un auge en las ventas de cintas de video diseñadas para enseñar ciertas habilidades a los espectadores. Tan pronto como se determinó que el video era una herramienta de enseñanza efectiva, los artistas marciales con visión de futuro entraron en la refriega y comenzaron a producir volumen tras volumen cubriendo cada estilo imaginable.
Se ha convertido en un gran negocio. Hasta el 35 por ciento de los anuncios en Black Belt ofrecen algún tipo de instrucción grabada en video. Representan un desfile casi interminable de estilos e instructores, con cintas individuales que cuestan hasta $ 60 y juegos completos que se venden por $ 500 o más. A pesar de la popularidad de las cintas de instrucción de artes marciales, no se ha realizado ningún estudio sobre su efectividad. Hasta ahora.
En una búsqueda de pruebas contundentes, se seleccionaron tres sujetos sin experiencia en artes marciales para participar en un experimento. Estos son los resultados.
EL MÉTODO
Los sujetos eran tres mujeres, todas de 20 años y con buena salud. Se les encargó aprender 10 técnicas de kenpo karate. Para algunas técnicas, el modo de instrucción era el entrenamiento individual con un entrenador personal certificado que posee un cinturón negro en el arte. Para otros, fue en video.
Todas las técnicas se enseñaron el mismo día. Dos de los estudiantes aprendieron en sus hogares, mientras que el tercero aprendió en una instalación comercial de artes marciales. Antes de cada sesión, se les dijo que estiraran los músculos y realizaran ejercicios de calistenia. Entonces comenzó el entrenamiento.
Cada técnica en vivo fue realizada tres veces por el instructor. Luego, los estudiantes lo practicaron con el instructor como compañero hasta que pudieran ejecutarlo de manera competente.
Cada técnica basada en video fue vista tres veces. Luego los estudiantes lo practicaron con el instructor, pero él simplemente sirvió como atacante. No hizo correcciones ni ofreció consejos.
EL RESULTADO
El estudio determinó que los tres estudiantes pudieron realizar con eficacia cada técnica para el instructor en menos de 10 intentos. No fueron evidentes diferencias sistemáticas entre los dos métodos de instrucción. Los sujetos parecían aprender las técnicas igualmente bien de cualquier fuente. Las cintas, sin embargo, impartieron las habilidades a un costo mucho menor para los estudiantes.
Algunas consideraciones se debían hacer. Primero, ser capaz de demostrar una técnica en el confort de su casa, bajo condiciones controladas y sin un amenazante compañero es una cosa y ser capaz de realizarlo en la calle es otra. Del mismo modo podemos referirnos a la práctica en el “dojo” donde rodeado de almohadillas, en el suelo, en las paredes , en los compañeros, que además son colaboradores en la práctica. El miedo a las lesiones o a ser denunciado por ello, que existe en la “cultura marcial occidental” limita el realismo con el que un practicante se enfrenta a otro.
Segundo, hay que considerar que las técnicas escogidas para este estudio eran correspondientes a niveles de kenpo desde amarillo a púrpura. En técnicas de niveles superiores habría sido necesario un mayor tiempo de práctica para establecer o no diferencias entre los distintos tipos de formación. Pero resulta razonable pensar que las técnicas avanzadas podrían ser realizadas adecuadamente, con el video.
Tercero, las técnicas enseñadas han sido solo eso, técnicas. Las habilidades de las estudiantes han sido valoradas en base a la biomecánica de su movimiento. No se ha realizado intento de medir la razón de efectuar tal o cual movimiento.
CONCLUSIÓN
Los estudiantes pueden aprender las técnicas de forma igualmente eficiente con un video que con un instructor. Ambos métodos requieren de la practica para convertirse en movimientos eficientes. La relación social que se establece en un “dojo” tiende a motivar al alumno a entrenar regularmente aunque su formación sea lenta. Entrenar en casa no ofrece ese ambiente especial. Muchas veces los alumnos precisan de la presencia de otros, este tipo de alumno no se decantará por la formación a distancia y preferirá un instructor “vivo”.
Sin embargo si el alumno esta auto motivado, no quiere o puede desplazarse a un “dojo”, no quiere prisas para progresar, se siente incómodo si alguien le observa o incluso teme que puedan burlarse de sus errores, la enseñanza a distancia es una gran herramienta."
Sobre todo hemos de dejar claro que la formación a distancia no es para todo el mundo ¿Qué quiero decir con esto? cuando habitualmente se "vende" con ese sentido.
Se lo explico, llevo más de diez años, desde que empecé a ofrecer online un curso de instructor en otra actividad deportiva, que no tiene nada que ver con las artes marciales, avanzo. Pero que es un deporte en auge, incluso competitivo y que precisa de una ejecución técnica importante. Pues podría decirles que el casi un 30% de los alumnos que empezaron el curso, abandonaron y no llegaron a examinarse, alguno se examinó y si suspendió ya ni lo volvió a intentar. ¿Perdieron el interés? o ¿ya no lo tenían cuando empezaron?.
La formación a distancia y sobre todo cuando está relacionada con actividades físicas, requiere de una gran motivación del alumno. El profesor puede idear el mejor método, ofrecerles la mejor preparación, darles las mejores instrucciones para que realice tal o cual movimiento, pero si el alumno no quiere integrarlo correctamente en su forma de hacer, no pone el interés o el tiempo necesario, ya puede ser el mejor curso del mundo que le servirá de bien poco.